Página:Leibniz - Opúsculos filosóficos (1919).pdf/102

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
98
 

PRINCIPIOS las proporciones, y los que causan los demás sentidos se reducirán también a algo semejante, aunque no podemos explicarlo tan distintamente (¹).

18. Puede incluso decirse que, en el presente, el amor de Dios nos proporciona un anticipado disfrute de la felicidad futura. Y, no obstante ser desinteresado, constituye por sí mismo nuestro mayor bien e interés, aunque no buscásemos el tal interés y no considerásemos sino sólo el placer que provoca, sin atender a la utilidad que produce, pues nos da una confianza perfecta en la bondad de nuestro autor y dueño, la cual produce una werdadera tranquilidad del espíritu; no como la de los estoicos, resueltos a la paciencia por fuerza, sino por un contento actual que es la seguridad de una felicidad futura. Y, además del presente, rada podrá sernos más útil en lo futuro, pues el amor de Dios llena nuestras esperanzas y nos conduce por el camino de la felicidad suprema, porque, en virtud del orden perfecto establecido en el universo, todo está hecho lo mejor posible, no sólo para el bien general, sino para el mayor bien particular de aquellos que están persuadidos de esta verdad y satisfechos del régimen divino, lo cual no puede faltar a quienes saben amar la fuente de todo bien. Ciertamente, la felicidad suprema, aunque vaya acompañada de beatificas visiones o conocimientos de Dios, no puede ser nun(1) Los discípulos de Leibnitz—Baugmarten, Meier—concibieron la Estética como la ciencia del conocimiento sensible, o teoría de lo que de intelectual hay en la sensibilidad