Página:Leonidas Andreiev - El misterio y otros cuentos.djvu/142

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
140
 

El colegial (con triste escepticismo).—¡No caerá hoy, papá!

El turista gordo.—¡Qué tontería! ¿Quién te lo ha dicho?

La segunda muchacha.—Papá: Macha cierra los ojos.

El colegial.—Déjeme usted sentarme un poco, papá. Le aseguro que no caerá hoy. Me lo ha dicho el portero del hotel... Estoy cansadísimo: nos pasamos el día entero recorriendo museos, armerías...

El turista gordo.—¡Lo hago por vosotros, imbécil! ¿Crees que a mí me divierte eso?

La segunda muchacha.—¡Papá: Macha cierra los ojos!

El segundo colegial.—¡Yo también estoy molido! Ni de noche descanso ya: me la paso soñando que soy el Judío Errante.

El turista gordo.—¡Cállate, Petka!

El primer colegial.—¡Me he quedado en los huesos! ¡No puedo más, papá! Prefiero ser zapatero o porquero a ser turista.

El turista gordo.¡Cállate, Sacha!

El primer colegial.—¡No caerá hoy, papá, no caerá hoy, no se haga usted ilusiones!

La primera muchacha (melancólica).—¡Ya va a caer, papá!

El desconocido grita algo que no se entiende.

Expectación.

Voces.—¡Mirad! ¡Ya va a caer!

Los concurrentes miran con los gemelos al desconocido. Los portakodaks aperciben sus máquinas.