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Página:Libro de cavalleria celestial del pie de la rosa fragante.djvu/53

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FRAGANTE.

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recha son entédidos, biuiesse sin sin, y reynasse para poner fin a todo lo criado. Desta silla auia de oyr, y della mesma abogar, y despedir causas, juzgā dolas en quáto Dios, y defendiédolas en quato hó bre. Desta silla auia de absoluer, y della misma con denar, de esta hazer gracias, y misericor dias: tanbié permitir defgracias, y miserias. Finalmente como mayorazgo del celestial palacio, auia deser tan qrido, q aunq su poderoso padre biue eternalméte envida suya, lo distribuyesse todo, dispésado lo a su volútad. Nobrauase estas sillas defendidas, porą sié pre lo ha sido, son, yserá para todos, fin merecer na die el assiento dellas, saluo el Saluador general q perpetuaméte las tiene, el qual, aunq auia de couer far por la tabla redöda del múdo, peleado treynta y tres años, no por esso auia de dexar jamas el ássento dela diuina, pues núca se auia de apartar della, ni ella estar vazia del. Bien supistes lo q passa des tas sillas, digamos agora la discordia, y braua bata lla q vuo sobrellas. Fue assi, que auiendo criado el soberano Emperador a sus caualleros, allende delas gracias con q los armo, les hizo señaladas mercedes de altas reuelaciones, y entre ellas les dio no ticias dela grandeza a q auian de ser promouidos los hombres, por huma narse Chrifto. Sabiedo esto vna parte del celestial exercito, como viesse lahu manidad tan encubrada, desseo mucho entrabas si llas, y aquel supremo lugaria esta causa fue hecha la conjuració entrellos, y de aquel desordenado desseo les nacio la determinada volutad de cóspirar cótra la Majestad diuina: tanto q pues fueron ala mano al soberano edicto, luego dieron en manos

del