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Página:Libro de cavalleria celestial del pie de la rosa fragante.djvu/55

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FRAGANTE.

bo, quedaremos tan perpetuados en gloriosos re nobres, que conel descanso dela victoria por dulce reputaremos el recebido trabajo. Dio fin a lu platica Luzbel conestas postreras palabras, delas qua les, y de su boca pendian los oydos delos conjura dos, táto q les pesaua mucho, que su razonamieto acabasse. Engolosinarose táto en su platica, y promessas, qalçandolo por su Principe, se determinaro en su seruicio. Quedo tá vfano eo esto el nueuo Capitan, q luego mando tender los pédones de su vanagloria, mostrando en su blason estas letras:

SOBRE LAS ESTRELLAS ENCUMBRAR MI SILLA TANTO QUE SERE SEME IANTE AL SUPREMO.

Mando despues alos trompetas de su volatad, que publicassen por su real el dia dela batalla, de mane ra que por aquellos campos ethereos guerras mas que ciuiles se apercebian. Oyendo el pregon los amotinados, dauanse priessa en adereçar sus armas, pero quanto mas las ponian a punto de su dañado proposito, tanto mas las gastaua en su virtud y for taleza, y las hazian muelles. Apercibieron tambié los cauallos de sus desordenados apetitos, y los po nian por el campo de sus pensamientos, donde reboluiendolos con mucha soltura, mostrauan el desseo que tenian de verse rebueltos con sus enemigos. No se celebraua por aquel errado exercito otra cosa, sino yerro, por aquellos q despues se hizieron adorar por Vulcanos, Martes, y Saturnos: tá to que pues yerro era toda su empresa, bien armados del se presentaron a su General. Conociédo el

Capitan