contra las retóricas y los cánones que pretendían hacer producir obras á los artistas con procedimientos parecidos á los del farmacéutico que expende drogas y las combina teniendo en vista la receta del médico. Es de sentirse, con todo, que la influencia extranjera haya pesado tanto en su producción;—acaso el medio, el momento, lo pusieron en la necesidad de ser así;—pero yo lo habría deseado más ingenuo, más personal, menos sectario y más libre, más cerca del arte eterno, que no admite intermediarios entre la naturaleza y el poeta, y que hace que las obras se tengan de pie, por sí solas, por la fuerza misteriosa de su estilo, como la tierra se sostiene en el aire sin ser aparentemente sostenida por nada (Flaubert). Pero no digamos lo que debió ser sino lo que fué y estudiado en lo que fué será siempre el punto de partida, el propagandista de los grandes ideales y de los grandes principios. Su nombre vivirá por siempre en los fastos literarios de la nación con los caracteres simpáticos de su cerebro luminoso, abierto á todos los vientos del espíritu; y cuando la voz justiciera de la crítica pregone sus grandes merecimientos, sólo de-
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