Página:Literatura policial en la Argentina. Waleis, Borges, Saer.djvu/49

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despareja, problemática, de las series disjuntas de la descripción y e! relato, lo sensible insensato y lo sensato insensible. no es narraro describir: Ia narración es este encuentro, o más bien esta superposición Hechos y des-hechos "origen empírico", Nadie nada nunca fue, por sobre todas, la de lo sensible insensato, la de la "pulverización incesante del acontecer". En la novelística de Saer las cosas tienden a perder su realidad de signos, de indicios, su funcionalidad en una lógica coherente del relato. Como decía Robbe-Crillet”, la silla vacía ya no remite a una ausencia o una espera, comienza a verse, simplemente; los barrotes de la ventana ya no significan la imposibilidad de salir o de entrar, se tornan una forma que puede ser descripta por si’ misma independientemente de su función narrativa, del rol que les toque jugar en el desarrollo de una historia. Por eso Robbe-Grilletencontraba en el drama policial un precursor taimado del Nouveau Roman : los indicios, las pruebas presentadas durante la indagación o la pesquisa -objeto abandonado en el lugar del crimen, movimiento fijado en una fotografía, frase oida por un testigo- hallan una significación solo más tarde en el relato del detective, en "una intriga de esencia diferente a las imágenes mismas, y agregada con posterioridad”, como dirá Tomatis. Pero nada impideque el detective se equivoque, que los testigos se contradigan, que ese hombre en la foto no esté introduciendo el puñal en la espalda de la victima sino que intente extraerlo. Los relatos, así, se multiplican y la significación de las pruebas se torna cada vez menos evidente: los objetos se burlan de los relatos, el Episodio se pulveriza y el sentido vacila. Entonces SÍ, como decía ya Fiore, asesino de su mujer en Cicatrices, "los pedazos. No se pueden juntar“. Por el contrario, el detective Morvan -como el espiritista Bianco en La Ocasión y Walter Bueno en Lo Imborrable-, poseído, como afirma Saer, por una "pulsión de verdad", creía poder conocer “con minucia y exhaustividad, hasta el detalle más insignificante de los hechos, para elaborar un diseño coherente y extraer, de ese diseño, un sentido“. Morvan se emparenta así con Angel Leto quien, en un relato de 1965, enunciaba de esta manera su proyecto literario "humanista": "Dada la 51 Si Glosa había sido la novela de lo sensato insensible, del acontecimiento sin