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(Bajando la voz y cuidando de que no le oigan). | |
vi con profundo pesar | |
verter á mi madre llanto | |
sin podérselo enjugar. | |
Dulcemente la abracé; | |
besé su rostro sombrío; | |
—«¿Qué tienes?» le pregunté, | |
y me contestó:—«¿Por qué | |
quieres saberlo, hijo mio?»— | |
—Para aliviar tu pesar | |
á tu lado, madre, vengo. | |
—«Niño, inútil anhelar, | |
porque tú el pesar que tengo | |
no lo puedes aliviar. | |
Si fueses hombre,» — añadió, | |
besándome con cariño. | |
Mi pecho se estremeció... | |
¡Ah!... ¿Por qué no he de ser yo | |
un hombre en lugar de un niño!... | |
Once años no mas cuento; | |
¡no puedo reflexionar!... (Amargamente.) | |
—Pero en el corazon siento (Con orgullo.) | |
algo que hace vibrar | |
las cuerdas del sentimiento. | |
—«Niño eres para decir: | |
ese mal que te devora | |
sabré, madre, combatir...» | |
(Transicion dramática).
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¡Como si el niño que llora | |
no supiera qué es sentir! | |
Como si el alma de Rosa | |
dejando el celestial techo | |
en donde mora gozosa, | |
no descendiese á mi lecho | |
en forma de mariposa | |
á decir regocijada: |