Página:Lombroso El alma de-la mujer.djvu/167

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

TERCERA PARTE

La sociedad no nos exige a nosotras, las mujeres, que brillemos, sino que ha- gamos brillar cuanto nos ro- dea.

LA MUJER SUPERIOR

El concepto teórico que el vulgo se forja de un indivi- duo superior—hombre o mujer—, es el de un ser dotado de corazón e inteligencia superiores al promedio, siendo ésta la razón por qué el concepto lombrosiano de la locura del ge- nio ha encontrado tanta resistencia y despertado tamaña reac- ción. Pero en la práctica, lo que el vulgo espera de sus hom- bres superiores—héroes, sabios, santos, innovadores o ge- nios—por él ungidos con la celebridad, es algo muy distin- to. Generosidad, altruísmo, delicadeza, sensibilidad, cualida- des morales, familiares beneficios, todo eso queda inconscien- temente relegado a segundo término en su juicio, mientras toda la atención se aplica a calcular hiperbólicamente sus cua- lidades intelectuales y el efecto práctico que surtieron en la sociedad. Wallisnieri, Spallanzani, son menos célebres que Stephenson y Añer, cuyos descubrimientos presuponen una inteligencia infinitamente menor; la azarosa vida de Cellini no merma en lo más mínimo la admiración que le profesa el vulgo. Las historias antiguas, los poemas heroicos, las fá- bulas y tradiciones no titubean en ofrecer a nuestra admira- ción genios, héroes, hombres de ciencia, cuyo valer moral es negativo y su valer intelectual, fuera del reducido círculo de su profesión, harto dudoso.