A ANA LO MBO BO necesidades y antojos; la prontitud y seguridad con que sa- be precaver sus males, y la generosidad con que sabe obrar en su exclusivo interés, aun sacrificando el suyo propio. ]
De su pasión y de su intuición de las emociones derí- vanse la delicadeza, el tacto de que diariamente da pruebas al tratar con sus semejantes sin herirlos, porque puede intuir lo que los demás desean, sienten u odian y en la medida en que desean algo, antes que lo manifiesten.
De su intuición rápida de las ideas y emociones ajenas nace la adivinación de la mujer, la intuición de cosas y he- chos que no parece estuviera en condiciones de saber, y tam- bién esa susceptibilidad, merced a la que resulta capacitada para barruntar en los demás, aunque no los expresen, senti- mientos para con ella, muy distintos de los que cree deberían experimentar.
Del deseo de intuir nace la curiosidad de la mujer, en- caminada sobre todo a penetrar en el secreto de los goces, do- lores y sensaciones de los seres que la rodean. De la intuición nace la chismorrería de la mujer, complemento necesario de la curiosidad, que consiste en entrometerse en los asuntos aje- nos y contárselos a los demás con el juicio consiguiente.
De la intuición y la pasión juntas derívanse caracterís- ticas generales de mayor importancia, sobre las cuales me de- tendré más largamente.
CONFIANZA EN SI MISMA
Una de las consecuencias más importantes del consor- cio indisoluble de la pasión y la intuición en la mujer es su confianza en sí misma. su espontaneidad, su rapidez en adop- tar una resolución que suele ir acompañada—contradicción extraña y aparente—de la mayor indecisión y perplejidad.
La mujer tiene confianza en sí misma, en sus aspiracio- nes y en sus modos de pensar—que gusta en demasía de im- poner a los demás mortales—; muéstrase muy ufana de sus buenas cualidades y de sus defectos que cree otras tantas vir- tudes: abriga la convicción de que todo cuanto ella hace es- tá bien hecho, de que cuantos consejos da son atinados, lo que en la mayoría de las ocasiones es cierto, ya que su al- truísmo ilógico y su aguda intuición le permiten lograr una
