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Página:Lombroso El alma de-la mujer.djvu/63

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EL ALWA DE LA MUJER o a

entre todas y en este mundo y en el porvenir como el hom- Dre.

En el apogeo de su fama confesaba con toda sinceridad la Kovalewsky que ae buena gana hubiera cambiado su vida con todos 10s honores mundiales de que habia sido objeto por la vida senciula de una mujer cuaiquiera, rodeada de un reducido número de amigos a cuyos ojos hubiera sido la pri- mera,

Otro tanto declara madame de Stael.

Esta aspiración vaga, irracional, imposible de saciar, porque no es posible a todos gozar ja primacia, tan arrai- gada en la mujer, es causa de algunas de sus buenas cuali- dades, de la suma enorme de sacriticios que es capaz de ¡le- var a capo con tal de merecer los ajenos elogios; pero es tam- bién la fuente de muchos defectos suyos, graves, como de su jactancia desmedida, su tendencia a denigrar a los demás, su propensión a la mentira y la envidia, que la hacen tan anti- pática.

¿Qué son efectivamente esas mentiras que suele «char la mujer, esas murmuraciones de los demás y esas autoalaban- zas? Mentiras acerca de la edad que tiene, jactancias de la propia riqueza y poderío y de ia buena opinión de que dis- fruta, rebajando de pasada los méritos de los demás, jac- tancias y mentiras únicamente encaminadas a aumentar su prestigio en la opinión ajena, haciendo creer a quien la escu- cha que es superior y más perfecta que todas las demás nrá- jeres y que éstas no valen para descalzarla,

“Ya dije que por su intolerancia, por su confianza en sí misma, ¡lega la mujer a creerse sinceramente superior a to- das las demás mujeres; pues bien: el afán de primacía in- tensifica terribiemente esta ilusión, sumándole el interés. No puede la mujer oír hacer el elogio de otra mujer—2unque diste de ella mucho en jerarquía o posición e incluso en el espacio—sin encontrarle algún defecto que restablezca el equilibrio, sin insinuar algo molesto para ella, Toda mujer dispone de artes refinadas para poner de resalte su superio- idad y desposeer a las otras mujeres de la confianza, la ad- miración o la piedad de que gozan en el ánimo de quien Ía escucha. —Sí, Fuiana es muy lista; lástima que ante siem- pre tan malucha.—Zutana, es desgraciada, sí, pero es tica,