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— 144 — UN PASEO APROVECHADO
Ayer fuimos a visitar una herrería y fundi- ción.
Lo que más nos divir- tió fué ver sacar de la fragua, con unas tenazas, trozos de hierro tan rojo que al principio creímos eran brasas. Los herre- ros los depositaban sobre el yunque, donde otros operarios los golpeaban con pesados martillos. Lo más asombroso es que el hierro, que nosotros con- sideramos tan duro, se pone blando cuando se le calienta y puede moldearse en las más diversas formas.
Vimos reducir tro- zos gruesos de hie- rro a láminas del- gadas como las que se emplean para ha- cer puertas, depósi- tos para el agua y otros objetos. La señorita nos explicó — crisoles y moldes. Haciendo barras de hierro.
La fragua y el yunque del herrero.