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La piel de la chinchilla es de inapreciable valor. Su color gris plateado, su extremada suavidad. y la abundancia de su pelo, la hacen preferida sobre todas las demás en los trabajos de peletería.
Además, como este animalito abunda poco y su piel es pequeña, el costo de ésta resulta muy ele- vado.
El segundo animal es el zorríno de nuestras pampas, que no tiene tanto mérito en cuan- to a su piel, si bien pertenece a la misma especie, aunque más pequeña, que los zorri- nos europeos, tan apre- ciados a ese respecto.
Abunda en los cam- pos y vive lejos de las viviendas humanas, gene- ralmente entre matorrales, y su forma es bastante bonita. Las dos rayas blancas que le cruzan el lomo desde la base de la cabeza hasta el nacimiento de la cola, producen un lindo efecto por contraste con el resto de su pelaje, que es negro en unos y Cas- taño obscuro en otros. Su cola, semejante a un es- peso escobillón, completa lo gracioso del conjunto.
