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LA ALCANCÍA DE LOLITA
Lolita. —¡Chicos! ¡vengan! Quiero proponerles una Cosa.
Juan. — Aquí estamos. ¿De qué se trata?
Andrés. — Apuesto a que es una de las tantas diabluras que inventas para chasquearnos.
Lolita. — No, no; se trata de una cosa muy seria.
Luisa. — Habla de una vez; sólo faltan diez mi- nutos para entrar a clase.
Lolita. — Antes prométanme dos cosas.
Berta. — ¿Cuáles?
Lolita. — Primero, no contarlo a nadie.
Ester. — Yo no puedo ocultar nada a mamá.