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Quinta a orillas del Río de la Plata, en 1828.
LAS QUINTAS DE MI TIEMPO
(FRAGMENTO)
Figúrate un domingo; el aire en calma, Mucho sol, mucha luz, mucha alegría, Una de esas mañanas en que ansía Verse trocada en golondrina el alma.
Verás aquí y allá; por los senderos, Confundidos los pobres y los ricos, La madre, las amigas y los chicos Con sus lucientes trajes domingueros.
Se oye el rumor del biznagal que abrasa El adobe en los hornos; el ligero
Grato sonar de tarros de lechero
Que a trote largo por las quintas pasa.