—150-— lizó cuantas obras de mejoramiento le fué posible entonces.
Mucho tiempo transcurrió antes de que Buenos Aires volviera a ser objeto de las atenciones que le prestó Vértiz. Es cierto que sobrevino la revolución y era necesario ocu- parse de otros asuntos más primordiales: las guerras para afianzár la independencia requirieron mucho dinero, y en consecuencia los goberna1tes debieron atender ante todo a los ejércitos que luchaban por la libertad de la patria.
A esa época siguió una de calma, hasta que subió al go- bierno don Bernardino Rivada- via, quien, aunque en realidad fué presidente de la república, se ocupó tanto de mejorar las con- diciones de la ciudad, que puede ser considerado como el primer gran intendente argentino.
Lo primero que hizo fué de- terminar el ancho que debían tener las calles, pues hasta entonces las casas no se edi- ficaban en línea. Hizo abrir también muchas avenidas, entre ellas la que hoy lleva su nombre, las de Corrien- tes, Córdoba, Santa Fe, Belgrano, Independencia y San Juan, arrancando todas de Callao y Entre Ríos hacia el oeste.
Ordenó que las esquinas se construyeran en ochava, para evitar el choque de vehículos al cruzar éstos las bocacalles.
Estudió la manera de proveer a la ciudad de agua co-
Bernardino Rivadavia.
