—162— piedras, sacándolas de unos puntos para amontonarlas en otros, de donde resulta que aun en las vastas llanuras hay hondonadas y montículos que, por la constante acción de las aguas, pueden aumentar o desaparecer. Pero si Andrecito, en vez de ir a la Pampa o a la extre- midad sur de la provincia de Buenos Aires, se dirigiera,
La mula es el animal más adecuado para viajar por las montañas.
por ejemplo, a Chos-Malal en el Neuquén, encontraría una naturaleza enteramente distinta de la de la Pampa, pues se hallaría allí en plena montaña, es decir, en medio de elevadísimos murallones y enormes picos, a cuya parte superior o cima es muy difícil llegar, no sólo por lo áspero del camino, que a veces se presenta perpendicular, sino por el frío intenso que reina en las alturas.
No sé si ustedes han oído decir alguna vez que las cimas de las montañas muy elevadas suelen estar coronadas de
