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A

nieve perpetua, debido a que en las grandes alturas el aire es tan frío que no permite a la lluvia caer en forma líquida sino congelada, o sea en forma de nieve.

Un panorama análogo se presentaría a la vista de Eduardito, si viajara desde Cruz Chica a la vecina provincia de La Rioja y siguiera por ella siempre hacia el oeste. Toda la parte occidental de nuestro país está cruzada, de norte a sur, por una muralla de altísimas montañas, que recibe el nombre de cadena o cordillera. En el mapa pueden ver, bajo el nombre de Cordillera de los Andes, ese cordón montañoso que separa nuestro país del de Chile, y no obstante permite a ambos comunicarse por medio de pasos o aberturas naturales; una de tantas — que supongo recordarán ustedes — utilizó el general San Martín para dirigirse a Chile y atacar a los españoles tras esa colosal muralla tan difícil entonces de franquear y que hoy cruzamos cómodamente por el túnel que la ha horadado.

Así, pues, si nuestro país goza de gran variedad de cli- mas, no ha sido menos favorecido en cuanto a variedad de suelos. Ofrece a la vista desde las tierras más bajas, que las aguas pueden cubrir fácilmente, hasta los altísimos picos a cuya cima nadie ha ascendido aún, y como un tér- mino medio entre estos dos extremos, pintorescos terrenos accidentados, donde las cuchillas o las sierras de poca ele-

vación alternan con valles poblados y fértiles que se abren paso entre las serranías.