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vos. Estos infelices no eran libres, pues pertenecían a un señor que podía venderlos, pegarles, hacerles servir a su voluntad y aun darles muerte; pero podían llegar a ser libres si pagaban cierta suma a su señor y en tal caso se les ponía un gorro encarnado, lo que significaba que desde tal momento eran libres.
Pues bien, los patriotas del año 13, al poner, sostenida por las manos, la pica que levanta un gorro frigio, quisieron expresar que el pueblo se unía fraternalmente para sos- tener la libertad nacional.
Rodean el óvalo del escudo dos gajos de laurel, que en la parte inferior están atados con una cinta de los colores argentinos, mientras en la superior sus extremos se en- trelazan, de modo que el escudo está rodeado por una ver- dadera corona de laureles.
El laurel, como el gorro frigio, tiene un significado para los pueblos. Antiguamente, cuando un guerrero volvía victorioso, se acostumbraba colocar sobre su cabeza una corona de laurel que demostrara la gloria alcanzada. Así es cómo el laurel ha venido a ser el símbolo de la gloria. Seguramente, más de una vez habrán colocado ustedes ra- mas de laurel al pie de los retratos o estatuas de nuestros próceres, para demostrar que su recuerdo vive rodeado de gloria.
Pues bien, la corona de laureles que rodea el óvalo del escudo argentino significa eso mismo, sólo que, como está colocada en el emblema de la patria, expresa que el pueblo quiere vivir con gloria, con honor y respetado por las de- más naciones libres,
