Página:Lopez Nuestra tierra.djvu/282

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

— 216 — raná, en el que se arroja violentamente desde una altura de sesenta metros, produciendo el más bello panorama que pueda imaginarse.

El ruido es ensordecedor; el viajero permanece atónito y como aterrorizado ante la magnificencia y poder de la naturaleza. Pero el mayor encanto se debe, sin duda, al



Gran salto central del Iguazú.

marco con que la vegetación circunda aquel cuadro único. Parece que la naturaleza se hubiera entretenido en reunir allí sus más ricos dones para rodear la estruendosa catarata con el silencio y la majestad de los bosques tropicales.

Añádase a esto los juegos de luz que los rayos de sol producen sobre las aguas, y las nubes de blanco vapor que se forman al chocar aquéllas contra las rocas, envol- viéndolas cual en una gasa finísima, y se tendrá una pálida idea de lo que es la catarata del Iguazú. +-