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Imposible sería describir siquiera en parte, la inmensa variedad de plantas herbáceas y enredaderas que pueblan los bosques tropicales de nuestro país. Baste decir que no hay un solo pedazo de suelo donde no broten, enmara- ñadas y oprimidas, las variedades más hermosas de hele- chos, de hierbas floridas, de jazmines, de plantas aromá- ticas, medicinales y tintóreas.

Viajar por los bosques de Misiones o del Chaco es in- ternarse bajo una interminable bóveda de verdura que apenas deja filtrar los rayos de sol, y caminar sobre una mullida alfombra de los más hermosos colores; es sentirse a cada momento detenido por las ramas y aspirar el vaho perfumado de mil plantas y flores.

Los invito desde ya a que, cuando alcancen ustedes la edad en que todos debemos trabajar, emprendan una excur- sión por esa privilegiada región, en la seguridad de que la contemplación de tanta riqueza a explotar ha de influir so- bre la vocación de más de uno de ustedes. >

COLECCIÓN INTERESANTE. — Procúrese pedacitos de maderas diferentes. Después de mojarlas y con ayuda de una buena sierra, córtese una lámina delgada de cada uno, de modo que pueda verse la luz a través de ella y apre- ciar así su contextura. Es preferible que éstas sean secciones transversales del tronco. Pégueselas luego en un cartón, recortándolo detrás de cada muestra; póngase el nombre al pie, y agréguese el dibujo del árbol de que procede y datos concernientes a su tamaño, aspecto de las ramas, lugares en que se le encuentra, usos a que se aplica la madera, etc.

Si se quicre clasificar las muestras, puede ponerse primero todas las varie- dades de pinos, luego las maderas blancas, en seguida las de ebanistería, más abajo las muy duras, y así sucesivamente.