— 82 —
TAREAS DE GOBIERNO
Supongo habrán observado ustedes en sus hogares que las personas encargadas de gobernar la casa, ya sean éstas los padres, tíos o hermanos mayores, no consideran trabajo insignificante tal tarea, pues deben cuidar de que toda la familia viva con la comodidad que sus recursos le permita; que los sirvientes, si los hay, hagan los trabajos de su obligación; que todo esté aseado y en orden; que los niños se eduquen y cumplan sus deberes; que el dinero de la familia no sea malgastado, y muchas otras cosas más, que ustedes podrán comprender si observan lo que sus padres hacen en casa.
De lo cual resulta que el papá o la mamá suelen tener preocupaciones y pasar malos ratos cuando las cosas no marchan como ellos desearían, y algunas veces se ven obli- gados a tratar con severidad a los hijos o a los criados, a cambiar éstos últimos por otros, a adoptar, en fin, mil resoluciones diversas para que toda la familia viva bien y lo más contenta posible.
Si gobernar una casa es tarea bastante complicada, se comprende cuánto más debe ser gobernar un pueblo, una ciudad, una provincia y luego todo ese conjunto de pueblos, ciudades, provincias y territorios, es decir la nación; ante todo, porque un país es inmensamente más vasto que una casa, y luego porque es muchísimas veces más numerosa la gran familia que lo forma.
Sería, pues, imposible que ese gobierno estuviera en ma- nos de una o dos personas, como acontece en los hogares,
