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Los anales.—Libro XI.

bruinos (1). Añadió y publicó en su nombre nuevas formas de letras al alfabeto (2); mostrando que el griego tampoco se comenzó y perfeccionó todo de una vez.

Los Egipcios, antes que las demás naciones, expresaron sus conceptos por figuras de animales, y las más antiguas reliquias de la memoria humana se ven esculpidas en sus piedras; con que se atribuyen á sí la invención de las letras.

De allí los Fenices, á causa de que eran señores de la mar, las trujeron á Grecia, atribuyéndose la gloria de inventores de los trabajos ajenos. Porque es común opinión que Cadmo, llevado en la armada de los Fenices, fué para los pueblos todavía toscos de la Grecia, autor de esta arte. Otros dicen que Cecrope, ateniense, ó Lino, tebano, inventaron diez y seis figuras de letras; y en tiempo de los Troyanos, Palamedes, argivo, añadió cuatro, y que después otros, y particularmente Simónides, inventaron las demás. En Italia lo aprendieron los Toscanos de Damarato, corintio, y los (1) He aquí lo que dice Plinio, xxxv, 24, acerca de este sorprendente trabajo: «Ninguno de los acueductos anteriores puede compararse en el coste al de la última obra de este género empezada por Caligula y terminada por Claudio, Los arroyos Curtio, Ceruleo y Anio Novo han sido traídos de cuarenta millas de distancia y elevados á una altura tal que se derraman por todas las colinas de Roma. Gastáronse en ella cincuenta y cinco millones y me lio de sextercios. Si se considera con atención la increible cantidad de agua que se ha traído para el consumo público, para los baños, fuentes, canales, jardines, arrabales y casas de campo; si se examinan las arcadas construídas para traerla de tan lejos, los montes que ha sido necesario atravesar, los valles que se ha tenido que terraplenai, no se podrá menos de convenir en que no hay en el mundo ninguna maravilla que tenga tanto derecho á nuestra admiración como ésta.» (2) Claudio había compuesto antes de ser emperador un libro sobre la necesidad de completar el alfabeto. No es extraño, pues, que intentase realizarlo, como en efecto lo intentó, inventando tres letras, á saber: el digamma eólico, cuya forma es una f inversa; el antisigma, ó sea dos cc vueltas, y otra que no se sabe cuál era. Unicamente la primera estuvo en uso mientras vivió Claudio.—Nota de la E. E.