Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I (1890).pdf/32

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
14
Cayo Cornelio Tácito.

raba con artificio eran tanto más inciertas y escondidas.

Mas mientras los senadores, no temiendo de cosa más que de dar á entender que le entendían, deshechas en llanto, sollozando, haciendo votos, y extendiendo las manos á los dioses y á la imagen de Augusto, hincados de rodillas ante él, no cesaron de importunarle, hasta que mandó traer y leer una memoria escrita de mano del mismo Augusto.

Conteníanse en ella la cantidad de las riquezas públicas, el número de los ciudadanos y auxiliarios aptos á tomar las armas; cuántas armadas, cuántos reinos, provincias, tributos, imposiciones y pechos; lo que montaban los donativos, servicios extraordinarios, y finalmente los gastos y cargas universales; añadiendo un consejo, no se sabe si por miedo ó por envidia, de recoger dentro de límites el imperio. Postrado entretanto el senado, haciéndole mil humildes ruegos, se le escapó á Tiberio esta palabra: «Que así como se sentía incapaz de regirlo todo, asimismo estaba pronto para recibir la parte que se le señalase.» Entonces Asinio Galo dijo: «Deseo saber, oh César, qué parte gustarás más de tomar á tu cargo.» El cual, picado de la improvisa pregunta, calló un poco; mas en volviendo á cobrar sus espíritus, respondió: «Que no le convenía á él elegir ó rehusar la parte de aquello de que deseaba descargarse del todo.»» Añadió Galo, habiendo por el rostro penetrado la ofensa: «Que no había preguntado aquello por dividir lo que no se podía, sino por argüir de su confesión que siendo uno el cuerpo de la república había de ser gobernado por sólo un sujeto.» Pasó á las alabanzas de Augusto, y acordó á Tiberio sus victorias y cuán egregiamente se había gobernado muchos años en los ejercicios de paz.

Mas no por esto le pudo mitigar el enojo, mal visto de antes Galo, porque con haber tomado por mujer á Vipsania, hija de Marco Agripa, que fué mujer de Tiberio, parece que daba ocasión de sospecharse de él mayores conceptos que de ciudadano particular; y más conser-