Página:Los Anales de Cayo Cornelio Tácito. Tomo I (1890).pdf/77

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
59
Los anales.—Libro I.

.

59 pués se apagó y cómo ardió de nuevo hasta abrasarlo todo.

Faé inculpado Falanio de que entre otros adoradores de Augusto, porque en casi todas las casas se habían fundado cofradías para esto, había recibido á un cierto histrión llamado Casio, infame de su cuerpo, y de haber con la venta que hizo de sus huertos enajenado también la estatua de Augusto. Rubrio fué inculpado de haber afirmado falsamente una cosa, jurando por el nombre del mismo Augusto.

Advertido de esto Tiberio, escribió á los cónsules «que no había sido dado con decreto el cielo á su padre para que aquel honor redundase en daño de los ciudadanos; qué Casio, histrión, acostumbraba á intervenir, como los demás de su oficio, en los juegos dedicados por su madre á la memoria de Augusto: ni era contra la religión que sus estatuas ni las de los otros dioses se incluyesen en la venta de los huertos ó de las casas; que el perjurio se debía calificar como ofensa hecha á Júpiter, el cual y los demás dioses suelen tomar á su cargo el vengar sus propias injurias».

No pasó mucho tiempo que á Granio Marcelo, pretor de Bitinia, fué puesta acusación de læse majestatis por Cepion Crispino, su cuestor, firmada de Romano Hispon, el cual comenzó una forma de vida que la hicieron después famosa la miseria de los tiempos y la temeridad de los hombres.

Porque siendo pobre, inquieto y no conocido, mientras, sirviendo de espía secreta, se acomoda poco á poco con la condición de este principe cruel, poniendo después en peligro á los más nobles, granjeando el favor de uno solo con odio de todos, dió tal ejemplo, que seguido de muchos, hechos de pobres ricos y de abatidos tremendos, ocasionaron primero á otres, y después á sí mismos, la última ruina. Oponía éste á Marcelo que había hablado mal de Tiberio, delito inevitable, escogiendo el acusador entre las acciones del príncipe las más dignas de vituperio con que inculpar al reo, para que, siendo verdaderas, fácilmente