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to. "Cuando el virrey supo el descubrimiento de la laguna—escribe en su diario el fraile explorador—dijo que ya veía al padre Menéndez con una mitra en la cabeza; pero ni él se la puede dar ni el padre Menéndez trabajó por tal interés"—palabras que dan la medida de la importancia que se dió al reconocimiento de Nahuelhuapí y de la modestia del explorador.

En sus viajes á la cordillera guiaron á Menéndez los hijos del Barrientos, compañero de Talevoire.

Menéndez encontró en su segundo viaje á la cordillera el lago Nahuelhuapí, el portillo de los decantados Césares, y el virrey le volvió á enviar para el descubrimiento de la nación de los aucahuincas que habitan á orillas del río Limay. El comisionado salió de Chiloé con cien hombres escogidos y muchos víveres y efectos. Dato curioso es esta lista de útiles para regalar á los puelches y demás indios que encontraran en el camino: 25 hachas de monte, 25 machetes, 100 cuchillos, 100 navajas, 25 frenos, 25 pares de espuelas, ocho docenas de tijeras, un millar de cascabeles, seis piezas de listón, 50 espejos, ocho mazos de chaquiras, doce docenas de sortijas, cuatro gruesas de botones, tres mil agujas, una arroba de añil, tres piezas de bayeta, dos som-