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APUNTES ETNOLOGICOS


CAPÍTULO VII.
RELIGIÓN DE LOS ONAS


Objeto de nuestras atenciones fué el estudio de la Religión de los Onas, no apenas nos fué dado ponernos en relación con ellos (1892); relación que vino haciéndose más íntima con el trascurso del tiempo, tratándolos continuamente a la familiar y poco menos que si fueron niños de Colegio. Pues bien, en el trato contínuo y en el estudio que sin interrupción, hicimos, estando con ellos de día y de noche, pasando los meses y los años, siempre observándolos, nunca nos fué posible descubrir en ellos, sea en privado, sea en común, algún acto o dicho que pudiera interpretarse como exteriorización de sentimientos religiosos.

Nos sorprendía esto dolorosamente y hasta nos acometió la duda de si tendrían alguna Idea de la Divinidad. En efecto creemos inadmisible el conocimiento cualquiera de un Dios, sin sentirse obligado a prestarle algún obsequio.

De suerte que reflexionando como se podría probar cierto el axioma del filósofo griego Plutarco, que dijo: Ser más fácil hallar pueblos y tribus, sin casa, sin leyes y sin gobierno, que sin culto de la Divinidad; y el otro del romano Cicerón: No hay gente tan bárbara, ni salvaje que ignore que existe Dios, aunque no sepa cual sea el verdadero. — Nos encontramos con una dificultad insuperable e inhibidos de dar una contestación, que deseábamos fuera afirmativa.

¿Qué hacer más? ¿Qué decir?... De veras que el problema era bien peliagudo y preciso era tener un buen quilate de moderado criterio, para no desmandarse, como en realidad, estuvimos a punto de caer. Por cierto que llevados tan solo por las apariencias del tiempo y por circunstancias contingentes, que a menudo nos hacen proclives, y hasta precipitados en dar prematuramente nuestro juicio, habríamos caído. pero, volviendo a reflexionar, nos dijimos: — Es cierto, las observaciones hechas, no nos han dado el éxito que deseábamos, con todo, estas observaciones, cabe preguntarnos: —¿Habrán sido hechas en el modo, en el tiempo y en las circunstancias, y más que todo, con el criterio maduro, que el asunto requería?...¿No sería tal vez este culto prestado a la Divinidad por estos Indígenas, implícito en su modo de vivir, de pensar y hasta de hablar, no exteriorizado, porque no comprendidos?

Además, ¿Por qué no podríamos admitir como manifestación de este culto implícito, la creencia que han demostrado tener en los Espíritus malignos, como lo prueban sus brujos (Jon) en la cura de los enfermos? Si bien es cierto, que preguntados adónde iba el hombre cuando moría, haber respondido: A la tierra no más.— ¿Por qué llorarlo mucho, cuando muerto?...R. Porque haberlo querido mucho. También en las pruebas de las apariciones de los espíritus a que sujetan al joven Klok'then, después de haberlo experimentado capaz y de haberlo iniciado a la vida, para desvanecerle los sustos tenidos, le dicen ser nada aquellas apariciones, ser tan solo engaños, hechos por hombres enmascarados, a fin de probar su valor y si merecía ser admitido al secreto de los hombres. Esto, sin embargo, no quita que esos jóvenes mismos sigan creyendo en los espíritus. Prueba del que, cuando enferman, se presentan al Jon para que se los eche con los exorcismos, conformándose ellos espontáneos a las duras, y a veces crueles pruebas a que los sujeta. Es cierto no adoran nada, ni el Sol, prueba la respuesta dada, porque ponían siempre la puerta de su choza hacia el Oriente, que hizo creer fuera para adorar al astro del día, en su nacer; a lo que ellos, riendo, contestaron que era para gozar de sus rayos, apenas despuntados y para abrigarse del viento del Oeste más frio, molesto y más constante; ni a la Luna, de cuyo miedo supersticioso, que chupe la sangre de sus criaturas, cuando chicas (Luna nueva y creciente), para engordar y crecer; porqué se ríen a tal pregunta, aunque la conservan y fomentan en sus mujeres y así mismo se lo explican, para que no salgan de noche y se expongan al peligro de ser robadas.

Admiten la Trasmigración de las almas en otros seres animados e inanimados; p. ej.: que ciertos montes altos, antiguamente eran hombres grandes; que ciertos pájaros eran antes personas, y la misma Luna, que fué una de las Mujeres escapadas al Exterminio, cuando los Hombres, sublevados contra el Predominio de las Mujeres, se rebelaron matándolas a todas, salvándose ella y pocas otras. Ella era la principal, se escapó al cielo y es la Luna; otras se