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Algunos años ha, sugerí a Ernesto Frías, otro de mis condiscípulos de Santa Fe, la idea de levantar en Montevideo una estátua de San Martín, por ser uruguaya la última tierra americana que pisó el Libertador; pero así que insinuó el proyecto en su país, surgió en oposición el ya realizado de erigir la de Artigas, es decir, con alguna variante, ocurrió lo mismo que en Santa Fe con respecto a su caudillo. En realidad, esto responde a la política arcaica, inspirada en un sentimiento de rivalidad, reneor o como se llame, contra Buenos Aires, a tal punto que si nos viésemos envueltos en cualquier conflicto con una potencia aparentemente igual o superior a la nuestra, creo que Uruguay estaría contra nosotros.

De esa política provienen las aduanas fluviales y las leyes de navegación para el cabotaje, tendientes al aislamiento de los pueblos, así como se debe a ella que Uruguay, pasada la época de sus disensiones civiles, tenga escuadra y ejército y prisa por hacerse notar donde, ciertamente, no pasa desapercibido. A este afán de figuración exterior (no es posible suponer que el sórdido interés sea el móvil de sus actos), se debe su beligerancia declarada en la última matanza europea y su ingreso en la Liga de las Naciones.

En esta coyuntura y por lo que valga como ilustración


    instante que recibi la antecedente respetable orden de los Señores representantes de la Republica por muerte del Exmo. Señor Dictador de la Republica que seria como a la una de la tarde, mande a Segurar la persona del bandido Jose Artigas de positando lo con seguras prisiones acargo del Sargento de Guardia Tomas Fernandez encargando le estrechamente la Vigilancia hasta tanto que el Govierno provisional de la Republica otra cosa de termine. Y para su constancia en fé de haber lo así cumplido lo firmo con testigos en esta Villa de Labrador a 22 de Setiembre de 1840 de que certifico.—Juan Manuel Gauto.—Testigo. Antonio de la Cruz Fernandez.—tgo. Santiago Alvarez Martitis.—Devuelbo a V. S diligenciada la orden que se ha servido dirijirme por la seguridad con seguras prisiones la persona del bandido Jose Artigas, la que verifique inmediatamente segun consta de la diligencia.—Dios guarde a V. S. muchos años.—Villa de Labrador y Septiembre 22 de 1810.—Juan Manuel Gauto.—Señores Representantes de la República.