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CAPÍTULO III.



COMO OLIVERIO TWIST ESTUVO PROCSIMO Á COJER UNA PLAZA QUE
PODIA MUY BIEN LLAMARSE UNA PREBENDA


CHO dias despues que Oliverio se hizo culpable del

crimen nefando de pedir mas puches, habitaba un camarachon obscuro, donde estaba encerrado en clase de prisionero, gracias á la clemencia y á la sabiduria de la Administración. No seria fuera del caso suponer desde ahora, que por poco sentimiento de respeto que le hubiera merecido la prediccion del hombre del chaleco blanco, hubiera podido solidar una vez para siempre la reputacion profética de ese sabio individuo, atando á un gancho de la pared uno de los cabos de su pañuelo de faltriquera, y en seguida pasando el otro al rededor de su cuello. Con todo; para llegar á este resultado habia un inconveniente. Considerados los pañuelos como artículos de mero lujo se habian suprimido para entonces y para siempre; y de consiguiente se habían eliminado de la nariz de los pobres por órden expresa emanada de la Administracion reunida á este efecto en