Página:Los novios. Historia milanesa del siglo XVI (1880).pdf/379

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 367 —

| viese en su casa, bajo la pena, contra cualquiera que dispusiese de él sin licencia de dichos señores, de la pérdida del género y de una mulla de tres escudos por fanega.

Pero este arroz era necesario pagarlo, y á un precio muy desproporcionado con respecto al pan. El cargo de suplir á esla desproporcion se impuso á laciudad; m as el Ayuntamiento, el mismo dia 23 de Noviembre, acordó hacer presente al Gobernador general la imposibilidad de soportar semejante carga, y el Gobernador expidió el 7 de Diciembre otro edicto en que, fijando en doce libras la fanega, iniponia, tanto al que pidiese mayor cantidad como al que se negase á venderlo, la pena de la pérdida del género, y una multa del doble de su valor, y mayor pena pecuniaria y tambien temporal, hastu la de galeras, al arbitrio de Su Racolencia, segun la gravedad del caso y la clase de las personas.

Al arroz limpio ya se le habia fijado precio ántes del alboroto, así como probablemente se habria puesto tasa, 6 para usar la denominacion célebre en los anales modernos, el máximun al trigo y otros granos más comunes por medio de edictos que no hemos encontrado.

De mantener de esta manera el pan barato en Milan resultaba la consecuencia de que acudiese multitud de gentes de fuera á comprarle para surtir sus casas. A fin de obviar D. Gonzalo á este que él llamó inconveniente, mandó con fecha del 15 de Diciembre publicar otro edicto, prohibiendo que se extrajese de la ciudad más pan que el del valor de veinte sueldos, pena de la pérdida del pan, veinticinco escudos de multa, y en caso de no poder pagar, dos tratos de cuerda en públic, y áun mayor pena (como siempre) al arbitrio de Su Excelencia. El 22 del mismo mes (no sabemos por qué tan tarde) se expidió otra órden igual respecto de la harina y de los granos.

La muchedumbre quiso.traer la abundancia con el saqueo y los incendios, y el poder legal queria mantenerla con las galeras y la cuerda: los medios eran muy conformes entre sí; pero sobre su aptitud para producir el efecto deseado, el lector formará su juicio; y si no, lo verá dentro de poco. Tambien es fácil ver, y no inútil observar, que entre tantas absurdas providencias habia una conexion necesaria: cada una era consecuencia inevitable de su antecedente, y todas de la primera; á saber, de la que fijaba el pan á ua precio tan distante del que hubiera resultado del estado real de las cosas.

Al vulgo ignorante una providencia de esta naturaleza precio del arroz 24