Página:Los novios. Historia milanesa del siglo XVI (1880).pdf/436

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 424 —

sez, y hacer cuantos sacrificios fuesen posibles. Y últimamente, que con respecto á las solicitudes, proveeria del mejor modo que permitiesen el tiempo y las necesidades.

A esto se redujo lodo: hubo sin embargo otras idas y venidas, otras reclamaciones y respuestas, pero no he encontrado que se consiguiese cosa alguna. Más adelante, cuando estaba la enfermedad en su mayor fuerza, el Capitan general tuvo por conveniente trasmitir con despacho formal su autoridad al gran canciller Ferrer, por tener él, segun escribió, que dirigir su atencion á la guerra.

A la resolucion de enviar comisionados al Cuartel general añadió el Ayuntamiento otra, reducida á pedir al Cardenal-arzobispo que se hiciese una procesion solemne, llevando en ella el cuerpo de San Cários Borromeo.

Negóse á ello el buen prelado por muchas razones. No miraba con gusto aquella confianza, y temia que si el efecto no era correspondiente á los d seos, se cambiase la confia en escándalo. Temia además que fuese la procesion una ocasion cómoda para el delito, si realmenle existian los envenenadores, y que áun cuando no los hubiera, la misma afluencia del pueblo bastase para extender el contagio, riesgo mucho más cierto. Sin embargo, la sospecha adormecida de los untadores se habia desperlado con más fuerza furor que ántesy Se vieron, 6, por mejor decir, se creyó ver manchadas varias puertas de edificios públicos y privados, y aldabas.

Las noticias de semejanie descubrimiento volaban de boca en boca, y como sucede más que nunca en las grandes aprensiones, Los ánimos, cada dia más angustiados por la presencia del mal, é irritados por la exigencia del peligro, abrazaban con más placer aquella ilusion, porque la ira estimula á castigar, y como observó sábiamente, al hablar de este mismo asunto, un varon distinguido, prefiere atribuir los males á la perfidia humana, contra la cual puede desahogar su turbulenta actividad, ántes que suponerlos efecto de una causa contra la cual no hay otro recurso más que el de resignarse. Un veneno eficaz, instaniáneo y penetrantísimo eran palabras más que suficientes para explicar la violencia y todos los accidentes más oscuros y descrdenados de la enfermedad. Decian que aquel veneno estaba compuesto con sapos, culebras, podre y babas de apestados, y con cuanto puede ocurrir atroz y asqueroso á una imaginacion enferma y desarreglada. Agregáronle despues los maleficios por los cuales todo se hacía posible; perdia el oir hacía el mismo efecto que haria el ver.