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caso referiros ahora ni las bazañas de Ciro, ni los de Came' bises, ni las que hizo mi propio padre Dario, ni el frulo de ellas en las naciones que conquistaron . De mípuedo de cir:que , desde que subi al trono , todo midesvelo ha sido no quedarme atrás á los que en él me precedieran con tanto honor del imperio ; ántes bien, adquirir á los Persas un poder nada inferior al que ellos le alcanzaron . Y fijan do la atencion en lo presente, hallo que por una parte he mos añadido lustre à la corona conquistando una provin cia ni menor ni inferior á las demas, sino mucho más fér til y rica, y por otra hemos vengado las injurias con una entera satisfaccion de la majestad violada. En atencion, pues; á esto , he tenido á bien convocaros para daros parte de inis designios actuales. Mi ánimo es, despues de cons. truir un puente sobre el Helesponto, conducir mis ejérci tos por la Europa contra la Grecia , resuelto á vengar en los Atenienses las injurias que tienen hechas á lus Persas y á nuestro padre. Testigos de vista sois vosotros , cómo Dario iba en derechura al frente de sus tropas contra esos hombres insolentes, si bien tuvo el dolor de morir ántes de poder vengarse de sus agravios. Mas yo no dejaré las armas de la mano, si primero no veo tomada y entregada al fuego la ciudad de Atenas, que tuvo la osadía de antici hostilidades , las más inicuas , contra mi padre y par contra mi. Bien sabeis que ellos, conducidos antes por Aristágoras el Milesio , aquel esclavo nuestro, llegaron hasta Sardes y pegaron fuego á los bosques sagrados y á los templos ; y nadie ignora cómo nos recibieron al des embarcar en sus costas , cuando Datis y Artafernes iban al frente del ejército . Este es elmotivo que me precisa á ir contra ellos con mis tropas: y además de esto , cuando me detengo en pensarlo , hallo sumas ventajas en su conquis ta, tales en realidad que si logramos sujetarles á ellos y á sus vecinos que habitan el país de Pélope el Frigio , no serán ya otros los confines del imperio persiano que los