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los dias acostumbrados, y en el último sacan del vientre el aceite antes introducido , cuya fuerza es tanta , que arrastra consigo en su salida tripas, intestinos y entrañas ya líquidas y derretidas . Consumida al mismo tiempo la carne por el nitro de afuera , sólo resta del cadáver la piel y los huesos; y sin cuidarse de más, se restituye la momia á los pa rientes .

LXXXVIII. El tercer método de adobo , de que suelen echar mano los que tienen ménos recursos, se deduce á

limpiar las tripas delmuerto á fuerza de lavativas, y adobar

el cadáver durante los setenta dias prefijados, restituyén dole despues al que lo trajo para que lo vuelva a su casa .

LXXXIX. En cuanto a las matronas de los nobles del país y á las mujeres bien parecidas , se toma la precaucion de no entregarlas luego de muertas para embalsamar, sino que se difiere hasta el tercero o cuarto dia despues de su fallecimiento. El motivo de esta dilacion no es otro que el de impedir que los embalsamadores abusen criminalmente de la belleza de las difuntas , como se experimentó , á lo que dicen , en uno de esos inhumanos, que se llegó á una de las recien muertas, segun se supo por la delacion de un com pañero de oficio .

XC. Siempre que aparece el cadáver de algun Egipcio ó de cualquier extranjero presa de un cocodrilo ó arreba tado por el rio , es deber de la ciudad en cuyo territorio haya sido arrojado enterrarle en lugar sacro, despues de embalsamarle y amortajarle del mejor modo posible. Hay más todavia, pues no se permite tocar al difunto á parien te o amigo alguno, por ser este un privilegio de los sacer dotes del Nilo , los que con sus mismas manos lo componen y sepultan como si en el cadáver hubiera algo de sobrehu mano .

XCI. Huyen los Egipcios de los usos y costumbres de los Griegos, y en una palabra , de cuantas naciones viven sobre la faz de la tierra ; pero este principio , comun en TOMO I.