Ir al contenido

Página:Los viages de Marco Polo veneciano - bdh0000046954.pdf/177

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 179 —

so que lo cargasen de cadenas y lo vigilasen lien, mientras él se volvía alegre á la capital.

Un magnate tártaro, Boga, venerable anciano y hombre muy piadoso, tuvo compasion del infeliz prisionero, y sentido del mal tratamiento que recibía y de lo injusto de él, determinó poner en libertad á Argon.

Para ello se concertó con otros magnates, Eleidaí, Togan, Tegana, Taga, Tiar, Oulatai y Samagar, y encaminándose con todos ellos á la tienda donde gemía el vencido, dijo á éste: «Señor: conocemos muy bien la accion tan malvada que hemos cometido combatiéndoos y manteniéndoos prisionero; pero queremos expiarla conduciéndonos leal y justamente con vos; queremos romper ruestras cadenas, y reconoceros como á nuestro legítimo soberano.» Argon creyó al principio que se burlaban, y repuso: « Vil es e insulto que me dirigís en medio de esta situacion tan desgraciada: ya que reconoceis vuestra maldad no la aumenteis con vuestra mofa.» Y replicó Boga: «No hay semejante insulto, señor, os lo juro por la ley que profesamos; y prestó el juramento, así como los demas. Conmovido Argon, les aseguró que serían bien recompensados, y que los amaría tanto como su padre los amaba.

Entónces soltaron al prisionero y le reconocieron como rey. «Ahora, dijo, id á aquella