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Página:Los viages de Marco Polo veneciano - bdh0000046954.pdf/94

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gran señor, que llevan un cinturon con cascabeles para que se les oiga desde lejos: no recorren más que tres millas, pero siempre corriendo. Así que uno de los peatones oye llegar al otro, se prepara y echa á correr en seguida que el recien venido le entrega el pliego ó frutas que ha de conducir: de este modo el gran Kan sabe en el espacio de un dia y de una noche lo que ocurre á la distancia de diez jornadas, lo de veinte en dos dias y dos noches, y así lo demas. Estos hombres no pagan tributos; al contrario, sou retribuidos y reciben además un caballo.

Ha regulado el gran Kan de tal modo el servicio, que cada ciudad próxima á una posta está en la obligacion de tener dispues tos cuantos caballos pueda para los mensajeros; si responde de ciento, ciento ha de tener en la posta. Este servicio no le cuesta nada al gran señor, excepto cuando se hace por comarcas deshabitadas.

Cuando hay necesidad de que un correo á caballo lleve sin descanso noticias al gran Kan de una provincia sublevada, de un magnate rebelde ú otras importantes, corren en un dia entero 200 y 250 millas. A este fin llevan una tabla con el emblema de un gerifalte, en significacion de la prisa que llevan, y así, relevando caballos cada 25 nillas, recorren hasta 300 millas en un dia, cosa que aprecia mucho el gran Kan.