Ir al contenido

Página:Los zapatos colorados.djvu/60

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
58
ANDERSEN.

fumado té. ¡Qué golpe tan cruel! Pero lo más triste era que nadie se reía de la desmañada señorita, sino de la pobre tetera mutilada,

« Me acordaré toda mi vida de este lance, decia aun mucho tiempo despues la infeliz, cuando la venía á la memoria su brillante carrera. Me trataron de inválido, me metieron en un rincón como un trasto inútil y un dia me regalaron á una pobre pordiosera que iba mendigando un poco de sopa.

Heme, pues, en las regiones más ínfimas donde reina la miseria; estaba traspasada de dolor, pero comprendí entónces cuánto velaba sobre mí un poder superior y los altos destinos á que estaba llamaba por las vías más extraordinarias.

» Me llenaron de tierra y no comprendía nada aun. Luego metieron en esta tierra una cebolla que procedia del jardín del rey, y que la bella señorita que me quebró, regaló á la hija de la pordiosera.

» Esta cebolla se animó, removió y fué para mí un corazon lleno de vida, de que careeia ántes. Sentia agitarse en mí fuerzas desconocidas y como un pulso que latía. La cebolla retoñaba y crecia; las virtudes ocultas en ella se desarrollabnn admirablemente y se transformaron en una magniñca flor. Al verla, me olvidé de mí misma, de mis dorados y de mi antiguo esplendor. ¡Oh, cuán dulce es olvidarse de sí mismo en ajena contemplacion! La hermosa flor no pensaba