Esta página ha sido validada
MARÍA MAGDALENA
Iba Jesús, ¡oh mago bondadoso!,
Aureolada de amor la faz serena,
Descargando a los hombres de su pena
Con su verbo elocuente y luminoso.
Tropezó en su camino milagroso
La triste pecadora Magdalena,
La faz de espanto y de miseria llena
Y el acento apagado y quejumbroso.
"¡Oh Jesús, oh Jesús, estaba loca!
—Clama la joven con afán sincero—
Si no me otorgas tu perdón me muero!"
Y úngele el pie con nardos de su boca,
Y Jesús, de dulzura perfumado:
—¡Te perdono mujer, mucho has amado!