La ingratitud es hija de la soberbia, y uno de los mayores pecados que se sabe; y la persona que es agradecida á los que bien le han hecho da indicio que tambien lo será á Dios, que tantos bienes le hizo y de continuo le hace.
Está puesto en razon que los que reciben algun beneficio, aunque sea con niñerias se muestren agradecidos.
Entre los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniendome á lo que suele decirse que de los desagradecidos está lleno el infierno.
Ahora verdaderamente que entiendo que los jueces y gobernadores deben de ser ó han de ser de bronce para no sentir las importunidades de los negociantes, que á todas horas y todos tiempos quieren que los escuchen y despachen, atendiendo solo á su negocio, venga lo que viniere; y si el pobre del juez no los escucha ó despacha, ó porque no puede ó porque no es aquel el tiempo diputado para darles audiencia, luego le maldicen y murmuran, y le roen los huesos, y aun le deslindan los linages. Negociante necio, negociante mentecato, no te apresures: espera