que en el artístico hay que reconocer que estas obras rivalizan dignamente con las restantes del autor, como partos que son del mismo ingenio, poeta siempre, y poeta de ley.
En este punto, hasta disentimos nosotros de la opinión que tiene de ellas nuestro amigo. Hojarasca es el nombre con que suele bautizarlas, y si no nos engañamos, éste es tambien el título que piensa poner al volúmen destinado á contenerlas en la presente colección. Nos parece desmesurado el juicio é inadecuado el título. Es dejarse llevar en demasía del desencanto que suelen producir las cosas vistas á distancia. Y sobre todo, que nunca está bien que un padre castigue duramente á todos sus hijos por las culpas sólo de algunos, y mucho ménos, padre tan amoroso con los de carne y hueso como él lo es.
¿Será que desde entónces acá ha modificado profundamente sus ideas políticas, hasta tratar hoy con severidad lo que ayer miraba con cariño? No lo creemos. Aunque el antiguo redactor del Gil Blas