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MANDADA POR EL GENERAL BELGRANO XXXI ________________________________________________________________

en efecto, un gran número de gente que estaba formada en varias líneas, á la espalda de un arroyo, que se manifestaba por el bosque de sus orillas.

 Ya entonces me persuadí que aquel sería el punto de reunión y defensa que habían adoptado, y  me pareció que sería muy perjudicial retirarme, pues decaería el espíritu de la gente, y todo se perdería; igualmente creía, que había allí de nuestro partido, y medité sorprenderlos, haciendo pasar la noche, con el Mayor General, dos cientos hombres y dos piezas de artillería (1) para ir á atacarlos y obligarlos a huir, quedando yo con el resto á cubrir la retirada, á la parte del arroyo. 
 No se ejecutó la sorpresa, y se unió al momntecillo ya referido, adonde pasé con la tropa, resto de artillería y carretas, luego que amaneció y me situé. Esto sucedió el 16 de enero de 1811. Mandé varias veces, aquel día, al Mayor General con los hombres á caballo y una pieza volante de á dos para observar los movimientos que hacían; cuando más, se formaban en desorden á caballo, y no se movían; el resto estaba quieto. Por la noche fue Artigas hasta sus trincheras, y sin más que haberles tirado un tiro, rompieron el fuego de infantería y artillería, con rudeza, y en tanto número, que Artigas estaba en el campamento, y ellos seguían desperdiciendo municiones, sin objeto. 
 Otro tanto se hizo el día 15 (el 17, ha querido decir, sin duda), y noche; siempre observaba el mis-

___________________________________________________________________ (1) Rara operación! Pobre Mayor General!