Página:Menosprecio de corte y alabanza de aldea (1922).pdf/52

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

CAPITULO IV

DE LA VIDA QUE HA DE HAZER EL CORTESANO EN SU CASA DESPUÉS QUE UVIERE DEXADO LA CORTE.

Mirónides, docto filósofo e ilustre capitán que fué de los beocios, solía muchas vezes dezir que no se conoscía la prudencia del hombre en saberse apartar de lo malo, sino en saber eligir lo bueno; porque debaxo del mal ningún bien se puede absconder (1), mas debaxo del bien puédese mucho mal dissimular. Assí como la hechizera comiença con per signum crucis y acaba en Satanás y Barrabás, por semejante manera los muy grandes males siempre tienen principio en algunos fingidos bienes; de manera que vienen enmascarados como el momo (2), cebados como ançuelo, azucarados como ruíbarbo y dorados como píldoras. No ay hombre en el mundo tan insensato que no se sepa guardar de lo que notoriamente es malo, y por esso el varón cuerdo de ninguna cosa deve bivir tan recatado como de aquello que él piensa no ser del todo bueno. Como al magno Alexandro le curassen (1) Absconder: esconder.

(2) Momo: mimo.