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CAPITULO VII

QUE EN EL ALDEA SON LOS HOMBRES MAS VIRTUO.

SOS Y MENOS VIOIOSOS QUE EN LAS CORTES DE LOS PRÍNCIPES.

Es previlegio de aldea que todos los que allí moraren sientan menos los trabajos y gozen mucho mejor las fiestas, lo qual no es assí en la corte y gran república, a do con la gran confusión de negocios y con andar siempre amontados (1), ni nunca traen consigo alegría, ni sienten en su casa quándo es la fiesta. 10 quán fuera desto están los que biven en el aldea!; porque el día de la fiesta repica mucho el sacristán, riega el día antes la iglesia, empina (2) quando tañe las campanas, canta a su hora la missa, viste sobrepelliz el sacristán, hinche y alimpia la lámpara, dan pan bendito el domingo, echan las fiestas de entresemana, declara el cura el Evangelio, descomulgan a los que no han dezmado, hazen después de missa concejo, matan para los enfermos carnero, vistense los sayos de fiesta, offresoen aquel día todos, juegan a la tarde al herrón (3), tocan en la plaza (1) Aal la edición princeps y la segunda de 1545; la de Madrid, de 1878, dice amontonados, como abarullados.

(2) Empinar: voltear, echar a vuelo.

(8) Herrón: rosca de hierro que se arroja contra un clavo para ponerla dentro de él.