Es dudoso si la minería nunca se ha llevado a cabo para mejor aprovechamiento, hecha más productiva y regular, y más efectivamente liberada del elemento de especulación por riesgo, que en la Nueva España del período considerado.
Hubo decretos para impedir que los mineros, especialmente los de afluencia, desperdiciaran su sustancia. Negligencia en túneles, ventilación imperfecta etc., por los que vida y salud están en peligro, fueron castigados severamente.
A delincuentes y vagabundos los hicieron trabajar en las minas, pero el grueso de los trabajadores en los primeros tiempos consistía de indios, asignados a propietarios como repartimiento y mantenidos en una especie de esclavitud.
El magnífico Conde de Regla fue un gran propietario minero aquí en su día. Fue ahí que habría llevado los lingotes para el rey de España para que cabalgara desde la costa hacia la capital, en el caso de que hubiera una aceptación real a su espléndida invitación antes mencionada.
Su beneficio antiguo de la hacienda de Regla, a unas dieciocho millas de Pachuca, es de gran interés. Un excelente camino de carretas, construido por la Real Compañía del Monte, a gran costo, conduce a ella. Tantas como ochenta vagones muy cargados de mineral, cada uno jalado por ocho a doce mulas, lo atraviesan en un solo día.
Señor Landero y Cos amablemente nos proporcionó, para esto y la parte restante de nuestra expedición, con caballos y un mozo, para mantenerlo a nuestra conveniencia. Blanco postes de mampostería sustancial punteaban las abruptas laderas, a modo de localizar los diversos reclamos. Algunas estructuras de madera en apariencia solitarias, no diferentes a los chalets suizos, generalmente marcan los tiros de las minas más pequeñas mientras fuimos