circuito completo. Quien no pueda hacer más de esto llevará una fuente duradera de gratos recuerdos para sí mismo y en adelante formará parte de ese cuerpo inteligente y agradecido de sentimiento público que debe contrarrestar la influencia de una clase áspera y turbulenta siempre fomentando problemas inactivos, como el caso de Cutting, en las fronteras.
México ha convertido, mientras tanto, un país mucho más seguro para viajar. David A. Wells, en su excelente "estudio de México," dice que antes de 1883 su "exploración era tan difícil y peligrosa que exploraciones raramente se intentaron, y quienes lo intentaron pusieron sus vidas en gran peligro, sin hablar de su salud y propiedades." No admito que era tan malo como eso, juzgando, quizás, de mi propia experiencia peculiar afortunada, incluso en hacer tan inusual viaje como hasta la costa del Pacífico en Acapulco. Sin embargo, en la actualidad no hay guardias militares trabajando en la línea Central Mexicana, y aún esos en el camino de Vera Cruz se habla de ellos como sólo "una anticuada supervivencia."
México también es un país mucho más fácil para viajar, de muchas maneras. Ahora se encuentran a la llegada a la Capital agentes exprés, que verá el equipaje a través de aduana y lo entregará en cualquier parte de la ciudad, y hay oficinas exprés de Wells, Fargo & Co. en toda la República. Un nuevo hotel estadounidense se ha construido alrededor de dos lados del antiguo jardín del convento de San Francisco. Todavía no es la hermosa estructura de los primeros visionarios, pero viajeros de tal distinción como Patti, por ejemplo, se quedan allí, y en lo peor no puede ser sino una mejora de los antiguos.
Correo interior, alguna vez casi prohibitivo, se ha reducido a una tarifa uniforme de diez centavos por un cuarto de