Uno de las más encantadoras de todas las mansiones que vi se encontraba casi enfrente de nuestro hotel, todo el frente tenía azulejos de china, principalmente en azul y blanco y con balcones de bronce viejo, tan delicada y pintoresca como una vivienda en tierra de hadas. Visité también el interior de esta casa y encontré a dentro los mismos azulejos simples, de apariencia mora, en paredes de escaleras, techos y la chimenea alta, u horno, en la cocina. Un mayordomo afable ocupaba su ocio en pintar, en una gran biblioteca en la planta baja. Justo estaba dedicado a copiar y ampliar, muy mal, la fotografía de una dama, sobre la que puso su pincel para crítica. Había una alfombra marrón en el centro de una gran escalera, y el mismo color uniforme prevaleció en todas las alfombras. Las habitaciones eran grandes y altas, las principales con vista a la calle y, por medio de puertas de vidrio livianas y cortinas de encaje, en los balcones alrededor de los patios. Estos balcones son como práctica general bordeados por enredaderas trepadoras y filas de plantas hermosas. En uno de los patios de atrás se podían ver y oír las carrozas de caballos para transporte familiar, junto con otros de silla, puestos en el establo según eluso bajo un techo común.
Había un gran salón, con divanes y espejos antiguos, inclinados hacia adelante de las paredes, en lugar de vidrios de muelle; y un pequeño tocador, con muebles totalmente en madera y caña dorada. Había una bonita capilla familiar, con dos adoratorios para el señor y la señora y un par de bancas para uso de los sirvientes. En las habitaciones de estas casas hay generalmente fotos religiosas, copias de Murillo y similares; y hay también se encuentran efigies pintorescas de cosas sagradas, como una representación de la Natividad; un Cristo, con manto púrpura y corona de espinas; Una Virgen de tamaño natural, en ropajes de tejido de plata,