por su uso para pastoreo. No ha sido seguro vivir demasiado lejos el distrito densamente asentado hasta el establecimiento de la ley y orden por el actual Gobierno, y la propia ciudad ha proporcionado espacio suficiente. Pero qué nuevas viviendas serán necesarias en el gran futuro, con la visión de que imaginaciones se deleitan a si misma, no es algo fácil de determinar.
Se habló de Villas, a ser construidas con derechos restringidos, a fin de preservar un aspecto selecto y apariencia de parque. Habría suficientes lotes frontales sobre la Calzada para pagar el costo. El gran hotel del que se habló superaría cualquier otro en el continente.
Si alguien pusiera un hotel igual al nuestro de segundo grado, sería una bendición para los viajeros estadounidenses. Podría esperar atraer, también, no pocos mexicanos, que no son más lentos que el resto del mundo en reconocer algo bueno cuando lo ven. Los magnates que habrán hecho fortunas en nuevas empresas y otros que ya las tienen, sin duda, podrían dar un apoyo liberal.
Este proyecto no es de mayor importancia que como un texto para mencionar los impuestos mexicanos y las leyes de bienes raíces, que tienen sus características de decidido interés. "En el orden moral y físico," como nuestro amigo Iturbide dice, "sólo se puede espera un progreso gradual." Una nación de nueve o diez millones, dos tercios de los cuales son de pura sangre India, sólo acostumbrados a las más primitivas y pobres formas de vida, no pueden ser muy repentinamente mejorar. Se les debe permitir ir a un cierto ritmo, incluso con las mejores intenciones y lentamente adaptarse a las mejoras diseñadas para su