Página:Mis últimas tradiciones peruanas y Cachivachería (1906).pdf/356

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
348
RICARDO PALMA

gallo se dirimen por careo ó por dictamen, frecuentemente parcial, de los peritos nombrados ad hoc.».

Eso de amarrar la navaja, requiere ciencia, y más que todo, probidad. Los amarradores, sujetos á quienes el pueblo bautiza con algún apodo, son propensos á dejarse cohechar.

*

Así como la víspera de una corrida de toros y con acompañamiento de banda de música popular, se hacía por las calles de Lima el paseo de enjalmas, así cuando se trataba de alguna jugada de importancia recorrían la capital dos negros tocando una chirimía y un tambor, seguidos de un muchacho que cargaba una jaula con un gallo.

Tal era el convite de lujo, salvo casos en que circularon invitaciones impresas.

*

Si los toros han tenido y tienen su literatura especial—los listines y las descripciones en que los gacetilleros de los periódicos agotan el tecnicismo tauromáquico,—las lidias gallísticas no habían alcanzado á tanto hasta 1874, en que se estrenó el actual circo de Malambito ó portada del Callao. Verdad es que el general don Ignacio de Escandón, en 1762, escribió y publicó en Lima un folletito de ocho páginas, á dos colum-