en aquel despacho sombrío, en cuya mesa hay cartas de todas las grandes casas del mundo comercial.
A la manera de Felipe II, Campo lo despacha todo él solo; sus empleados no son más que los ejecutores de sus órdenes.
Para él toda empresa es fácil. No hace muchos días quería comprar la plaza de Gibraltar; con esto está pintado su carácter.
Nació para banquero, y acertó con serlo.
El Marqués de Campo no necesita biografía; basta con enunciar las empresas que ha acometido.
He aquí algunas de ellas, porque yo no las recuerdo todas:
« A pesar de sus defectos, el Marqués de Campo es, sin duda alguna, el más gran financiero que ha tenido España. »
Dotó á la ciudad de Valencia, su país natal, de las aguas potables de que carecía; después estableció en ella el alumbrado por gas, cuya fábrica y privilegio conserva hoy en propiedad exclusiva.
Fundó la Sociedad Valenciana de Crédito y Fomento, siendo la primera Sociedad anónima establecida en Europa, la cual, resistiendo á las oscilaciones y catástrofes que á otras muchas hicieron sucumbir, liquidó últimamente con grandes beneficios para los accionistas. (Vivió treinta y cuatro años.)
Construyó los ferrocarriles de Almansa á Valencia y Tarragona, cuya explotación dirige, siendo también el