I
Los instintos de conservación i reproducción son las dos grandes fuerzas que rigen el mundo biológico, manteniendo la vida del individuo i la de las especies.
El instinto de reproducción lleva al hombre i a la mujer a las relaciones sexuales, que en las agrupaciones primitivas se establecían sólo por la atracción recíproca de un sexo hacia otro, sin tener absolutamente en cuenta las particularidades individuales, poco o nada ostensibles, por otra parte, pues es la educación, los diferentes sistemas de vida, i el cruzamiento los que van determinando la variedad de individualidades. Más ardiente i poderosa la necesidad fisiológica en el hombre, busca siempre a la mujer asaltándola, cazándola en el bosque, arrebatándola a la tribu vecina.
Pero se organizan las primeras sociedades, la vida sexual es promiscua, la mujer con varios hijos arrastra una existencia miserable, acaparadas