como están todas las ventajas por el hombre, i la sociedad obliga entonces a éste a que tome una o varias mujeres permanentes, i atienda a sus necesidades i a las de la prole; de aquí el origen del matrimonio, polígamo para el hombre en las primeras sociedades.
Habiendo existido también la poliandría, según la cual la mujer tenía varios maridos, era la jefe del clan (hogar) i daba nombre a los hijos. Pero la lei evolutiva va perfeccionandola especie; desarrollando su inteligencia; creándole nuevas necesidades, levantando sobre el animal, el hombre: el instinto genésico seleccionado ya, se personifica en la inclinacion a determinada persona, se convierte en sentimiento. Agradan la belleza, la virtud, el valor; nace así el amor. Ya no es sólo la función fisiológica, sino la complacencia en las cualidades distinguidas de una persona, elegida entre otras para perpetuar la especie, mejorándola, la fuerza que une los sexos, asi la reina Talestris designa un soberano del mérito de Alejandro el Grande para tener descendencia.
El amor aparece en la evolución de la humanidad desde los tiempos prehistóricos, como uno de sus mas poderosos factores, ya siendo causa de guerras, de crímenes, de rebeliones, ya estimulando las conquistas de la libertad i el progreso, reprimiendo los instintos feroces, suavizando los sentimientos i las costumbres, elevando i ennobleciendo al hombre en ascención perfectiva.
Mas no obstante la influencia de la mujer por medio del amor en la vida social, se la mantiene por innúmeros siglos en la mas depresiva esclavitud en casi todos los pueblos.
Considerada siempre en el estado primitivo de inclinación ciega al sexo opuesto, i no asignándole más papel que el de reproductora de la especie, los padres, amos, i jefes, la entregaban en matrimonio apenas púber, sin consultar su voluntad,