DE CECILIA 53
instinto de mujer ha comprendido que algún secreto pesar motiva el carácter extraño del joven; casi ha llegado á vislumbrar lo cierto, si bien, modelo de discreción, no ha confiado á nadie el secreto que cree haber adivinado.
Margarita es feliz y desgraciada á un tiempo. Feliz porque ve á los suyos en situa- ción desahogada, ásu madre buena, tranquila y satisfecha, á sus hermanos capaces de ga- narse la vida por sí solos; pero sobre todo ve compensadas sus penas con el cariño y las gracias de su hijita Cecilia, de edad de cinco años.
Sus pesares son aún más fáciles de com- prender. ¿Cómo podría no tenerlos la mujer que se casa en las condiciones que lo hizo Margarita? Ella comprendía vagamente an- tes del matrimonio que tendría que sufrir; pero á imaginar hasta que punto iba á llegar aquel sufrimiento, quizás no hubiera tenido fuerzas para consumar su sacrificio.
Aparte del natural martirio que tenía nece- sariamente que soportar aquella niña, tan her- mosa, delicada é inteligente, al lado de un hombre insignificante y hasta grosero como Real, hubo de sufrir sus celos injustificados y sus sospechas más injustas todavía.
Jamás lograba la pobre joven tenerlo con- tento por más empeños que hiciera, sino por cariño, por deber,
